
¿Qué es ser fanático? La Real Academia Española lo define así: “que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobretodo religiosas o políticas”. En cuanto a la religión, existen dos tipos de fanáticos:
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“El convertido apasionado”: es aquel que, luego de haber pasado por un momento traumático en su vida, encuentra esperanza en Dios y, al igual que los enamorados, no deja de hablar de Dios y de contar lo que Él ha hecho en su vida. Éste sentimiento puede que sea pasajero, pero normalmente ocurre cuando hay una conversión verdadera o cuando hay respuesta a una gran petición.
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“El religioso apasionado”: es aquel que, en vez de “enamorarse de Dios”, se enamora de un sistema religioso. Podría considerarse que éste es el fanático negativo, pues suelen describirse como personas de auténtica fe (aunque realmente no lo sean) y con una superioridad moral que los coloca, según ellos, como superiores a los demás y más dignos de ganarse el perdón y el favor de Dios.
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Ahora bien, los medios de comunicación suelen mostrarnos al religioso apasionado, pues este es capaz de llamar la atención, incluso de una manera negativa; provocando así la mala percepción de la mayoría frente a las religiones. No obstante, es necesario que siempre se mantenga una actitud de respeto, tanto por el convertido apasionado como por el religioso apasionado, para así seguir el verdadero mensaje de Jesús: “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
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“El convertido apasionado”: es aquel que, luego de haber pasado por un momento traumático en su vida, encuentra esperanza en Dios y, al igual que los enamorados, no deja de hablar de Dios y de contar lo que Él ha hecho en su vida. Éste sentimiento puede que sea pasajero, pero normalmente ocurre cuando hay una conversión verdadera o cuando hay respuesta a una gran petición.
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“El religioso apasionado”: es aquel que, en vez de “enamorarse de Dios”, se enamora de un sistema religioso. Podría considerarse que éste es el fanático negativo, pues suelen describirse como personas de auténtica fe (aunque realmente no lo sean) y con una superioridad moral que los coloca, según ellos, como superiores a los demás y más dignos de ganarse el perdón y el favor de Dios.
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Ahora bien, los medios de comunicación suelen mostrarnos al religioso apasionado, pues este es capaz de llamar la atención, incluso de una manera negativa; provocando así la mala percepción de la mayoría frente a las religiones. No obstante, es necesario que siempre se mantenga una actitud de respeto, tanto por el convertido apasionado como por el religioso apasionado, para así seguir el verdadero mensaje de Jesús: “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
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Bendiciones!
Cielo Virtual
3 comentarios:
Antes que nada, tenemos que dejar claro que el concepto de fanatismo se ha vuelto muy relativo. Para una persona no religiosa, una persona que va predicando de casa en casa califica dentro de la categoría de "fanático", sin embargo para mí no necesariamente lo es.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, un fanático es alguien "que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas." Una persona religiosa es fanática: 1. Porque está completamente convencida de lo que cree y/o 2.Porque le apasiona lo que cree.
Todo el mundo defiende fuertemente aquello por lo que está apasionado. Cuando se trata de ideas religiosas, por alguna razón el tema resulta más controversial, pero es igual que con las tendencias políticas o incluso con temas más triviales como los equipos de béisbol o fútbol, cada quien defiende su punto de vista, muchas veces de manera rígida y "cerrada".
No hay nada malo en estar apasionado con lo que crees, en ser fanático o como lo quieran llamar, siempre que mantengas una actitud de respeto.
Creo que el fanatismo religioso, digamos desde una visión de sociedad, gira entorno a que se observa que en estas personas esta es su vida.
Por ejemplo, Catherine dice que pasa lo mismo con equipos de beisbol y fútbol, pero hay una diferencia abismal, y es que estas personas no centran su vida en el beisbol o en el fútbol; Sin embargo, los fanáticos religiosos sí.
Considero desde un punto de vista más humano, y por loq ue he podido aprender, que estas personas necesitan este tipo de fanatismo, y no se debe tan sólo al tipo de temperamento y canal receptivo que poseen, sino también al ambiente donde se desarrollan; Puesto que en Europa no vas a ganar almas de la misma manera de cómo las ganas en latinoamérica, ya sabes, por cuestiones del clima y del espacio geográfico y cultural.
Hay otro punto que hay tocar, y es la confusión que existe entre apasionamiento y fanatismo, que a un punto de vista muy personal, creo que son diferentes entre sí; Y es que el apasionamiento constituye algo que tenemos todos los seres humanos por algo en específico, pero el fanatismo, para mí, es una enfermedad obsesiva, es, vuelvo y repito en mi personal opinión, una focalización obsesiva hacia algo, sea religioso o cualquier otra cosa (Viéndose más esto en lo religioso, ya que la Biblia parece insentivarlo ··Dije parece··), muchas veces esto se caracteriza por el miedo, temor y delirio de persecución.
De cualquier manera, la Biblia habla del respeto, y yo creo mucho en el respeto, por lo cual, he llegado a un punto que no contiendo con estas personas; y es que no tuvo sentido, no lo tiene, ni lo tendrá. Cada persona se enfoca en aquello que considera correcto y verídico de la manera que le parece.
Y es, en definitiva, que la verdad absoluta es Dios, pero la forma y manera del ser humano de observarlo, es relativa.
Invito un poco más al respeto mutuo.
Parecería que en todo en la vida hay un 'primer amor'. Muchos lo llaman el período de luna de miel. Durante ese tiempo se es más expresivo con nuestras emociones. La sensación es tan buena que muchos la extienden hasta donde pueden y aún otros, cuando ha desaparecido la sensación, la producen y reproducen. Sucede igual en la religión, especialmente cuando se ha experimentado algún tipo de conversión verdadera o cuando hay un agradecimiento que emana por consecuencia del perdón o por la respuesta a una gran petición.
De todas maneras, es forma y no necesariamente fondo. Y si lo es, es pasajero o voluntario.
Z
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